miércoles, 12 de octubre de 2016

LINZ 2016. KUMITE MASCULINO -67





Y llegados a este punto hoy toca discernir en la medida que mis conocimientos e información me permiten lo más importante de lo accesorio, dentro de una categoría que presenta unos avales en cuanto a calidad se refiere ciertamente impresionantes.

Haciendo un poco de memoria histórica nos encontramos con una categoría, la del peso ligero, en la que el karate nacional ha contado con muchos y muy buenos campeones que han dado gloria a nuestro deporte, desde que por primera vez en unos campeonatos del mundo el formato de competición pasase de una primitiva y exigente categoría abierta, a fragmentarse por divisiones de pesos, a semejanza de otros deportes de combate más evolucionados en lo competitivo que el nuestro.

Desde esa primera cita que supuso un antes y un después en la extinta WUKO, hoy WKF (World Karate Federation), tanto el peso ligero como el superligero en España contaron con hombres de referencia en la categoría, en aquella ocasión y para orgullo de muchos fue Ricardo Abad el que haciendo historia se proclamase primer campeón del mundo en la categoría de -60 kg, además de conseguir el hito de ser el primer español en conseguir una medalla de oro en unos campeonatos del mundo, y si mis datos no son erróneos también el más joven en hacerlo hasta la actualidad.
Pese a conseguir este título mundial en otro peso y aun a riesgo de no ser exacto en mis datos me gustaría situar a Ricardo en esta división ya que parte de su carrera la desarrolló en esta categoría de -de 65 kg aunque bien es cierto que su título mundial lo lograse en una categoría inferior, siempre hablando en términos de peso y no de importancia. Aunque como digo no sea del todo riguroso me gustaría situarlo donde se merece junto a otros grandes del karate nacional que hicieron historia en esta categoría.


Por todos esos motivos quería mencionar a un hombre que tristemente no es ni conocido ni reconocido por la gran mayoría de los practicantes de nuestro deporte, algo que sinceramente me entristece. Desde aquí mi pequeño homenaje a este gran campeón que dejó huella en mi memoria cuando yo era sólo un niño que comenzaba lleno de ilusiones en este apasionante mundillo, disfrutando y absorbiendo conocimientos con los pocos documentos que a mis manos llegaban o de las escasas veces que tuve la suerte de poder verle en acción en directo. Todo un caballero y un ejemplo a seguir como deportista.

Ricardo fue el que abrió la veda, siempre refiriéndonos a la categoría de ligeros/superligeros, ya que anterior a esta época el karate español contó con otros grandes campeones como fueron Antonio Oliva, hoy reputado coach internacional, todo un genio como Jean Pierre Carbila, o el gran Damián González campeón del mundo también en aquel fabuloso mundial de Madrid 1980 para los intereses de la selección española. Algunos nombres que aporto como pinceladas de entre otros muchos que dieron gloria al equipo español.

Como comentaba en el párrafo anterior, Ricardo enseñó el camino a otros que vinieron más tarde y que a imagen y semejanza del madrileño también abrazaron la gloria mundial en una categoría siempre espectacular como ha sido históricamente el peso ligero. Hubo que esperar doce años para volver a escuchar el himno nacional en unos campeonatos del mundo, siempre hablando de esta categoría, y tuvo que ser en la bella ciudad de Granada donde un gladiador con alma de campeón pusiera en pie vibrando de emoción a todo un pabellón contagiado con su raza y su coraje. Hablo ni más ni menos que de Jesús Juan Rubio, un hombre con mayúsculas que nunca en su trayectoria como competidor dejó indiferente a nadie, con una determinación fuera de lo común hizo de la valentía y el arrojo sus señas de identidad. 
Pequeño por sus dimensiones pero enorme por su grandeza dentro y fuera del tatami donde firmó auténticas joyas de arte en forma de combates a lo largo de su carrera, no sólo en su categoría y frente a atletas de su talla, sino en la competición por equipos y sobre todo en el exigente y desaparecido para el formato WKF Shobu ippon.





Años más tarde Tampere sería el escenario que diera un vuelco cíclico a la historia volviendo a colocar a un español como monarca en la categoría de ligeros, el protagonista del hecho no fue otro que el asturiano César Castaño. Un competidor cuya carrera deportiva que no se prolongó excesivamente, sí que fue brillante en los años en los que pudimos disfrutar de su presencia en los tatamis de competición. En una temporada para enmarcar, año 2006 estamos hablando, César consiguió proclamarse campeón de Europa y del mundo dejando boquiabiertos a propios y extraños, regalándonos un mundial de lujo con el que entraría por derecho propio en la historia del karate español. Maravilloso atleta, eléctrico en sus movimientos, con unas potencialidades motoras sobresalientes, es de momento el último campeón del mundo que ha dado nuestro país en -65/67 kg.




No son los únicos nombres que han dado brillo al karate español, otros como José Puertas bronce en México 1990 y Río de Janeiro 1998, Ángel Ramiro plata en Munich 2000 o Pepe Arsenal bronce en Madrid 1980 junto a Felipe Hita (en aquella época podían participar dos por país) también han saboreado las mieles del éxito en campeonatos mundiales. Mi admiración hacia todos ellos por habernos hecho sentir orgullosos de nuestra selección en todos esos momentos.

Trasladándonos al ambito universal también me gustaría mencionar algunos grandes de todos los tiempos que dieron lustre a esta categoría por espacio de estos 36 años en los que se llevan disputando los campeonatos del mundo por categorías, en una primera época hasta el 2008 con seis pesos masculinos por tres femeninos, y desde esa fecha hasta la actualidad en la que contamos con un programa dividido en cinco categorías en hombres y otras tantas en féminas. 
Dentro de este repaso a la hustoria del peso ligero, destacaría a uno sobre el resto, al menos en cuanto a mi gusto personal, su nombre Alexander Biamonti, su legado una maravillosa manera de competir que lideró a una generación de lujo junto a otros enormes campeones compatriotas suyos para marcar una época gloriosa del karate francés. Biamonti pese a "sólo" alcanzar un oro mundial individual tuvo una repercusión y un dominio de la categoría durante los casi ocho años que duró su trayectoria internacional en categoría absoluta, que sólo fue puesta en duda por determinados resultados aislados y nunca por su teórica superioridad sobre sus rivales que veían en él el rival a batir. Todo clase y talento era una delicia verle competir.




Tan sólo un hombre posee dos oros en su haber, hablo del norteamericano George Kotaka, de padre japonés (Chuzo Kotaka) residente en Hawai. A día de hoy el estadounidense y a la espera de la cita de Linz, es el único atleta que puede presumir de haber repetido en lo más alto del cajón, sus logros datan de la edición Madrid 2002 en final disputada frente al alemán Boskovic, y de Tokyo 2008 en el que superó al competidor magiar Adam Kovacs. 




Algunos otros luchadores importantes fueron el nipón Juichi Suzuki, fiel representante del estilo lineal japonés de toda la vida, con dos finales disputadas en su haber (Taipei 1982 y Sidney 1986 o el del inglés Stephens campeón en El Cairo 1988, de estilo poco vistoso pero de una eficacia rotunda en sus intervenciones. Muchos otros podría mencionar pero unos por números y otros por relevancia creo que son la selección más cercana a lo que en mi criterio ha sido lo más granado de la categoría del peso ligero por espacio de 36 años y 18 campeonatos del mundo, datos repito una vez más, desde que se realizase la división por categorías de pesos.

Dejando atrás el guiño que he querido hacer a la historia, a la cual he aludido ya que soy de la opinión de que echar una vista atrás y comprobar de donde venimos, es un ejercicio que además de ameno resulta instructivo para constatar el por qué y el cómo hemos llegado a lo que somos en la actualidad. 

Volviendo como decía al tema que nos concita en este artículo, tengo que centrar la atención en la ausencia del todavía campeón mundial William Rolle, que tras conseguir el éxito más importante de su carrera en la ciudad de Bremen decidió retirarse por la puerta grande.

Lejos de resentirse el equipo galo con su ausencia, estará representado en Linz por uno de los atletas más brillantes de la actualidad, Steven Dacosta. El proceso de selección ya resultó especialmente duro para los franceses puesto que cuentan con otro hombre de primer nivel como es Marvin Garin y que bien hubiera podido optar al oro si al final no se hubiera decantado el equipo técnico por el primero. 
Steven al igual que el citado en párrafos anteriores Alexander Biamonti, es un competidor con una clase fuera de lo normal, que desborda talento por los cuatro costados y que al igual que su compatriota tiene ese algo con el que sólo cuentan los súper clase que los distingue del resto. Salvando las distancias en cuanto al estilo y la manera de competir de épocas distintas, sí que encuentro un punto de encuentro entre ambos, su genialidad. Capaces de "inventar" soluciones para resolver situaciones complicadas haciéndolo además de manera aparentemente fácil, algo que no está al alcance de muchos por no decir de casi nadie.
Muchos son los que le apuntan como el hombre a batir pero ojo porque en el camino hacia la gloria habrá mil y una trampas en forma de rivales que en muchos casos ya saben lo que es ganarle. Siendo como decía un competidor excelso si que he percibido que en algunas situaciones en las que el combate no se presenta de cara tiene dificultades para desequilibrarlos a su favor, combates en los que sus oponentes a sabiendas de sus capacidades ceden espacio e iniciativa a la espera de puntuar en base a los errores en los que en algunas ocasiones producto de su juventud e ímpetu incurre el galo.





Si tuviera que decantarme por alguien con vistas al oro lo haría por el iraní Saeid Ahmadi. Tras la plata de infausto recuerdo para él en París 2012 y su fiasco individual del 2014 parece haber llegado a la presente edición en condiciones de optar al deseado oro que se le escapó de las manos hace cuatro años frente al egipcio Hanafy cuando ya lo estaba acariciando. Físicamente muy bien dotado, con extremidades muy largas tiene en el dominio de la distancia el punto de partida para construir su trabajo, desde ese dominio del espacio absorbe muy bien las técnicas de sus oponentes obteniendo por esta vía gran cantidad réditos que se traducen en el marcador. Apoyado en esa buena envergadura que posee escoge muy bien el momento para anticiparse a la intención de sus oponentes con acciones simples y directas de manera que mezcla muy bien su trabajo resultando realmente difícil de superar. A todo esto hay que unirle su notable capacidad para el manejo de la pierna con lo que se presenta como un atleta con pocas fisuras. A la espera del desarrollo de la competición le veo como decía como uno de los más serios aspirantes al título.




Uno de los rivales más enconados con los que se ha encontrado en los últimos tiempos Dacosta es sin duda Uygur Burak. El joven competidor turco, campeón de los Juegos Europeos y campeón del mundo sub 21 en Jakarta, en ambos casos disputando la final frente al francés, además de ser subcampeón europeo en Estambul 2015 posee un palmarés tremendo a pesar de su corta edad. El otomano parece haber dado con la tecla y encontrar la fórmula para vencer a Dacosta, al que vemos en los combates contra Uygur en un nivel inferior de rendimiento, a consecuencia en gran medida del excepcional planteamiento táctico que le propone el turco.
Competidor muy fino, muy inteligente y bastante paciente aunque en ocasiones excesivamente especulativo para el enorme talento que atesora, esto es sólo mi opinión, a la vista está el buen resultado de su trabajo avalado por los inmejorables resultados.
En esta temporada parece haber levantado un tanto el pie del pistón o bien sus rivales le han tomado la medida, o ambas cosas, lo cierto es que en los últimos tiempos no ha tenido la continuidad de resultados que exhibiese la temporada anterior. No obstante y apoyándome en su enorme capacidad competitiva y sobre todo su comprobada eficacia, le considero uno de los atletas a seguir en el transcurso del torneo.




Desde Hungría presenta su candidatura el altísimo Yves Martial Tadissi, reciente vencedor del Open de Okinawa, Yves es en el presente de los atletas más afamados de la categoría. Con un alcance que le otorgan sus miembros muy por encima del de un competidor de 67 kilos resulta un competidor realmente complicado. Producto de esta envergadura y de un buen bagaje en el aspecto físico tiene un manejo muy certero del brazo adelantado en el que basa gran parte de su potencial puntuador. Rara vez le pierde la cara al combate manteniendo en todo momento un ritmo y una cadencia de trabajo que impide en muchas ocasiones a su rival "meterse" en la contienda. Atención al húngaro porque promete dar guerra.




En una categoría en la que el nivel es tremendo resulta muy complicado quedarse con un ramillete escaso de atletas y seguramente me dejaré alguno en el tintero para que luego me pase la factura en el post campeonato. Pero como dice el refranero español, el que quiera lapas que se moje el c... y ahí estoy yo para lanzarme a la arena del siempre caprichoso terreno de las especulaciones. Otro de esos nombres que tengo apuntados en mi agenda es el del brasileño Vinicius Figueira, bronce en Bremen que con dos años más a sus espaldas está en plenitud de condiciones para optar al oro como ya mostrase hace pocas semanas en el abierto de Hamburgo. A la sombra de Brose, Vinicius es un atleta que ya ha demostrado sobradamente su valía como para ser considerado uno de los mejores, en esta temporada su primer puesto en la liga mundial le colocan en el punto de mira, algo que a nivel motivacional le vendrá de perlas pero que le hacen carecer del factor sorpresa que sí tuviera en Bremen y que en muchos casos es un punto a favor.



Para completar el repoker de ases introduzco el nombre de Magdy Hanafy. Hasta el último momento no se sabía si su presencia sería un hecho o en su defecto el representante de Egipto sería Aly Elsawy. Finalmente la dirección técnica del exitoso país africano decidió que fuese el campeón del mundo 2012 quien fuese de la partida en el mundial.
Hanafy que irrumpió espectacularmente en la categoría absoluta cuando con sus 18 años se proclamase campeón mundial ante los ojos atónitos de los especialistas para dos años más tarde conseguir la plata, ha pasado en el último año un bache que no le ha dejado ser el de años atrás, no obstante apoyado en su enorme categoría y en ese plus que otorga no sólo la inercia positiva de sentirse integrante de una selección de referencia, sino por el reconocimiento arbitral en base a los logros de un equipo que a día de hoy es si no la primera, la segunda potencia mundial en cuanto a kumite se refiere.



Otros nombres podrían figurar entre los candidatos con igual o parecida importancia que los citados por mi, pero no podemos olvidar algunos importantes como podrían ser los de el inglés Jordan Thomas, ex campeón de Europa e hijo del campeón del mundo en Granada 92 en -70 kg actual coach del equipo británico William Thomas. No me gustaría pasar por alto tampoco y apunten este nombre al jordano Bashar Alnajjar, con el consabido factor sorpresa podría amargar la tarde a más de uno. Por supuesto no puedo ni debo dejar de citar a Gianluca Di Vivo, competitivo en extremo y hombre que siempre con discreción termina metiendo la cabeza en las rondas decisivas. El japonés Hiroto Shinohara, si bien no es de mis preferidos siempre hay que tenerle en cuenta a la hora de elaborar pronósticos, con reservas pero también tendrá su chance. Ojo también al colombiano Guillermo Ramírez siempre combativo y capaz de lo mejor ante otros con quizá mayor nombre que él, no le descarten en absoluto.

Dos son los nombres que echo de menos en la lista de inscritos, uno de ellos por una triste lesión sufrida durante el transcurso de la copa Iberoamericana, hablo de Abdellilah Boujdi y al cual le deseo una pronta recuperación para verle de nuevo en las competencias de alto nivel. Una pena porque creo que era uno de los llamados a hacer cosas importantes en Linz, veremos de lo que es capaz su sustituto en el seleccionado marroquí Ayoub Zakaria. Por otro lado tendremos la ausencia de Manuel Rasero, el cual lleva tiempo instalado en la aristocracia de la categoría y al cual otorgaba muchas posibilidades de conseguir algo sonado, su no asistencia nos ha dejado con un panorama en el que se han abierto las posibilidades de optar a su puesto para otros grandes atletas que posee afortunadamente el equipo español. La lucha entre Raúl Cuervas y un Carlos Jimena que se ha cambiado de categoría para hacerse acreedores a la plaza, parece haberse decantado por el competidor malagueño, aunque esto aún lo expreso con reservas ya que no parece estar confirmado, hablo exclusivamente por la nómina de inscritos que aparece en el listado oficial del campeonato.

De confirmarse la presencia de Carlos será el premio al enorme trabajo que viene realizando desde años atrás en los que se ha ganado un sitio en el equipo nacional hasta el punto de consolidarse como uno de los fijos en las diferentes convocatorias. La reciente inclusión en esta nueva división con el período lógico de adaptación está siendo positiva para Carlos, para el cual todo lo que sea ir alcanzando rondas durante el campeonato será todo un triunfo para él. No se puede descartar nada en absoluto aunque la empresa no será fácil, una buena poole y como decía si es capaz de pasar el filtro de las dos primeras rondas su confianza se multiplicaría conviertiéndole en un rival duro para cualquiera. 







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