miércoles, 14 de septiembre de 2016

LINZ 2016. KATA INDIVIDUAL FEMENINO



 Con la resaca a cuestas de la reciente inclusión del karate en el programa para los Juegos de Tokyo 2020, encaramos la recta final que nos situará en Linz a finales de octubre para la celebración de unos campeonatos del mundo que casi sin quererlo se han visto eclipsados por la tantos años esperada etiqueta olímpica.
Como en ediciones anteriores intentaré desmenuzar en la medida que la información a la que pueda acceder y mis conocimientos me permitan, aquellos aspectos con mayor relevancia así como un siempre arriesgado análisis categoría por categoría de aquellos competidores o equipos que están llamados a ser protagonistas en la cita mundialista.

Al igual que ocurre con el programa de los campeonatos más relevantes, comenzaré esta serie de entregas con la categoría de katas, concretamente el kata femenino que tanto me apasiona. Dos años, que son los que transcurren entre una edición y la siguiente, aunque parezca un período exiguo, en el mundo del deporte y concretamente en karate, que es lo que nos ocupa, es un espacio de tiempo bastante amplio. Los ciclos dominantes de atletas top no suelen abarcar más de tres torneos mundialistas, a lo sumo cuatro, siendo una excepción el caso del extraterrestre de Baku, Rafael Aghayev, que lleva situado en su máxima expresión desde que en Tampere 2006 se coronara campeón mundial por primera vez.
 Situándonos en concreto en la modalidad de kata, la carrera más brillante de una competidora se prolongó durante 8 años y tuvo como protagonista a la nipona Atsuko Wakai (Río de Janeiro 98, Munich 00, Madrid 02 y Monterrey 04), tan sólo igualada por su compatriota Yuki Mimura, si bien ésta y por culpa de una lesión de rodilla no pudo conseguirlo en ediciones consecutivas (El Cairo 88, México 90, Granada 92 y Sun City 96).

 

Estos datos nos dan una idea de las dificultades que entrañan mantenerse en lo más alto en la élite mundial, encontrándonos con un mapa competitivo en las semanas previas al campeonato que refleja algunas ausencias notables.

De entre ellas habría que destacar las de dos atletas podiums en los dos últimos campeonatos del mundo, la dos veces subcampeona mundial Sandy Scordo (Francia) y la de la española Yaiza Martín bronce en París 2012 y Bremen 2014. En el caso de la primera tras una polémica decisión técnica del staff tricolor que la aparta del equipo galo en favor de Alexandra Feracci, bajo la argumentación por parte de la Federación Francesa de un proyecto olímpico en el que se prioriza la juventud por delante de los resultados inmediatos. El otro caso llamativo en el capítulo de ausencias corre a cargo de la aragonesa Yaiza Martín, la explosiva irrupción en la escena internacional de la manchega Sandra Sánchez en los últimos años, actual número uno en el ranking mundial, ha relegado a Yaiza a un segundo plano hasta el punto de ceder su titularidad en el equipo nacional a una Sandra que ha causado sensación en el circuíto mundial.

Estas ausencias aparentemente no deberían tener repercusión en el torneo que nos ocupa, nada más lejos de la realidad, ya que su condición de cabezas de serie quedarán sin efecto puesto que no se aplica en sus homónimas de equipo. Quiere decir esto que la composición de las pooles serán si cabe aún más determinantes en el devenir de la competición. Tan sólo la actual campeona Shimizu y la alemana Jasmin Bleul serán cabezas de serie en el sorteo dejando a las demás atletas a expensas del azar.

 Una figura emerge por encima del resto, la campeona mundial y asiática, imbatida desde el 2012 desde que fuese derrotada por última vez por parte de la leyenda Rika Usami, encara el mundial con el firme convencimiento de reeditar su éxito de Bremen. A pesar de su juventud Kiyou presenta unas credenciales temibles, campeonato al que acude oro que va a parar a su bolsillo. Apoyándose en un estilo que sin abandonar el sello de su país de origen está cimentado en unas capacidades atléticas notabilísimas que marcan diferencias con respecto a la mayoría de sus rivales. Aunque físicamente presente paralelismos con su predecesora Usami, no las ubicaría a ambas en el mismo arquetipo de competidora. Mientras Rika simboliza el culmen de la excelencia técnica, la naturalidad y la plasticidad, con unos conceptos técnicos impecables, Kiyou destaca en aspectos que tienen que ver más con lo físico que con lo técnico. Sin ser ni mucho menos una competidora carente de fundamentos sí que solapa algunos defectos con su endiablada velocidad de ejecución.


 




Ante dicho favoritismo sólo encuentro un argumento para discutir la supremacía de la actual campeona mundial y atiende al nombre de Sandra Sánchez. La española que ha experimentado una progresión sin precedentes ha conseguido a base de esfuerzo y como no resultados limar distancias con respecto a sus rivales hasta llegar al momento presente a superarlas en la mayoría de los casos. De momento sólo se le resiste Kiyou, pero a día de hoy creo que nadie se atrevería a asegurar un pronóstico puesto que Sandra llega a la gran cita en un estado de forma fantástico. En una hipotética y por otro lado deseada final, todo podría ocurrir siempre y cuando ambas llegasen con todo su potencial a la misma, es decir, que no hayan tenido que utilizar sus mejores katas en el camino, algo poco probable en el caso de la japonesa, ya que estos tradicionalmente no suelen variar el orden de los mismos sea cual sea su rival. Ojalá podamos ver a Sandra superar con su famoso Pappuren al Chatanyara de Shimizu en dicha final, hito que la elevaría a los altares convirtiéndose en la primera española en coronarse como campeona del mundo individual y la cuarta no japonesa en conseguir el título tras Sara Battaglia (Italia), Hoan Ngan Nguyen (Vietnam) y Johana Sánchez (Venezuela).

 

A la espera de la composición de las liguillas y con las reservas propias de el arriesgado ejercicio de emitir pronósticos, se presentan en el horizonte competitivo algunos nombres propios que a priori cuentan con mayor número de opciones, en base a los resultados obtenidos en los últimos años y por supuesto el nivel objetivo demostrado en sus actuaciones. Si tuviera que decantarme por uno, lo haría por la representante de Hong Kong Grace Lau, muy en la línea del estilo imperante internacionalmente posee katas de muchos kilates que la convierten en uno de los obstáculos más serios de toda aquella que quiera aspirar a lo máximo. Con un Chatanyara y un Unshu excelentes podría ser la sorpresa si ralla al nivel que se espera de ella. En su debe apuntaría el nivel de potencia que exhibe, algo por debajo de alguna de sus rivales más importantes y que puede penalizarle a la hora de aspirar a las medallas.

 




 De entre mis preferencias subrayaría el nombre de la dominicana María Dimitrova. Competidora veterana que no se prodiga en exceso en los torneos de la Premier League pero que cada vez que lo hace cuenta con el respeto de sus rivales que ven en ella una oponente temible. Desde sus inicios internacionales ha evidenciado una progresión sobresaliente sobre todo en el apartado físico, de aquella Dimitrova que exhibía unas muy buenas cualidades estéticas pero lastrada por un déficit atlético bien poco queda en la actualidad. La dominicana es una de las kateras más completas en todos los aspectos, potente, veloz, muy correcta técnicamente y con unas posturas de lo mejorcito que se puede ver hoy día. Muy atentos habrá que estar a su puesta en escena, de llegar en el momento de forma que viene exhibiendo en eventos precedentes será un valor seguro para luchar por los puestos de privilegio.

 



 Completando este elenco de favoritas incluiría a la norteamericana de origen japonés Sakura Kokumai, con una propuesta en la que impera el componente estético, tiene en su tren inferior su principal carencia. Con unas cualidades muy limitadas para ejecutar las posiciones al nivel de sus oponentes si que sabe "venderse" muy bien exprimiendo al máximo las posibilidades estéticas que le proporciona cada kata. En mi opinión sobreactúa demasiado resultando sus katas un tanto "empalagosos", no obstante es indudable su calidad y el positivo impacto que tienen sus actuaciones arbitralmente hablando, habrá que tenerla en cuenta puesto que hace tiempo que está instalada en la aristocracia del kata mundial.

 



 Poco más se podría añadir a este ramillete de favoritas al podium, pero no podemos olvidarnos de la italiana Viviana Bottaro. En el concierto europeo es sin duda una de las rivales a batir pero si lo hacemos extensivo a nivel mundial baja algunos enteros, creo que su propuesta al igual que la del resto del equipo italiano, no va muy en consonancia con las exigencias arbitrales del momento. Los transalpinos pese a ser un país de referencia tradicionalmente en cuanto al kata se refiere, poseen un estilo muy particular que a mi personalmente no me convence y creo que a Viviana le puede pesar como una losa si el panel arbitral presenta una composición predominantemente asiático/americana. Pese a esto que comento es a todas luces una rival incomodísima, muy explosiva y poderosa en lo físico que puede apear a más de una de la carrera por las medallas. Yo no la descartaría como aspirante a las preseas.

 



 O mucho me equivoco o de entre esta selección de talentos saldrán las medallas que compondrá el podium de Linz aunque no deberíamos obviar las opciones aunque menores que presentan algunos nombres propios como los de Alexandra Feracci (Francia), Jasmin Bleul (Alemania), Xatzi Trujillo (México) o Dilara Bozan (Turquía).

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